La logística urbana es un componente esencial en el funcionamiento de las zonas urbanas modernas.
Esta afecta la económica social de las ciudades y tiene un impacto directo en la calidad de vida de millones de personas; a medida que las ciudades crecen, los flujos de mercancías aumentan, lo que genera nuevos desafíos para las operaciones logísticas.
Con el aumento del e-commerce, las ciudades han empezado a enfrentar un aumento en la demanda de bienes, lo que presiona las infraestructuras existentes. Esto genera un problema de congestión del tráfico y, por consecuencia, un incremento en las emisiones de gases.
Con esto en mente, la necesidad de una distribución eficiente en áreas densamente pobladas se ha convertido en una prioridad para muchas urbes.
En la última década, el comercio electrónico ha experimentado un crecimiento sin precedentes, transformando profundamente la forma en que los consumidores adquieren productos.
Empresas como Amazon, Alibaba y Mercado Libre han popularizado el modelo de compra en línea, generando una demanda sin igual de entregas rápidas y convenientes. La facilidad para comprar desde un teléfono móvil o computadora ha llevado a que las expectativas de los clientes cambien radicalmente, exigiendo entregas en plazos que, en algunos casos, son de apenas unas horas.
Este auge no solo ha cambiado las dinámicas comerciales, sino que ha creado una serie de desafíos logísticos, especialmente en las zonas urbanas densamente pobladas. Las empresas ahora enfrentan la presión de cumplir con estos tiempos de entrega mientras deben lidiar con la congestión del tráfico y las limitaciones de espacio físico en las ciudades
Una de las estrategias más efectivas que las ciudades están implementando es la creación de zonas de bajas emisiones. Estas áreas restringen el acceso a vehículos que no cumplen con ciertos estándares de emisiones, promoviendo así el uso de vehículos eléctricos y tecnologías más limpias para el transporte urbano de mercancías.
Incorporar sistemas de gestión de transporte (TMS) inteligentes es otra medida clave. Esta tecnología ayuda a las empresas a planificar, ejecutar y optimizar el transporte de bienes de manera eficiente.
Los TMS están diseñados para gestionar tanto el transporte propio de las empresas (flotas internas) como el transporte de terceros (proveedores logísticos).
Otra solución que muchas metrópolis están adoptando es la creación de centros de distribución urbana o "microhubs". Estos son almacenes estratégicamente ubicados dentro de las ciudades que permiten consolidar entregas y reducir la distancia que recorren los vehículos, lo que resulta en una distribución eficiente y una menor congestión del tráfico.
Las zonas de carga y descarga son una parte crucial de las infraestructuras urbanas. Algunas ciudades han comenzado a rediseñar estas áreas para que se adapten mejor a las necesidades de los vehículos de reparto, evitando bloqueos en las calles principales y optimizando los tiempos de entrega.
Un modelo que está ganando terreno es la entrega colaborativa, donde diferentes empresas comparten recursos logísticos, como vehículos y almacenes. Esto no solo ayuda a reducir el número de vehículos en las calles, sino que también disminuye los costos operativos y el impacto ambiental.
Estas medidas no solo buscan reducir la congestión del tráfico y las emisiones de gases, sino que también garantizan una distribución eficiente y un mejor servicio a los consumidores, mientras se mejora la calidad de vida en las ciudades.
Drivin es un Sistema de Gestión de Transporte que ayuda a las empresas a organizar sus entregas de manera más eficiente. Desde la planificación de rutas hasta el monitoreo en tiempo real, hacemos que la gestión de la distribución sea más fácil y efectiva, ayudando a reducir la congestión, mejorar la eficiencia en las entregas y adaptarse a las demandas de un entorno urbano cada vez más complejo.
Si te gustaría saber más acerca de Drivin, deja tus datos en el formulario de más abajo y nos pondremos en contacto.