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Con el eCommerce, los clientes se han vuelto cada vez más exigentes con las condiciones de envío y las empresas deben cumplir con sus expectativas de manera rentable, logrando la mayor cantidad de entregas tanto en zonas rurales como en las grandes ciudades. Con ello, el despacho de última milla se ha vuelto crítico tanto para el retail como la logística y distribución.

¿Qué es la última milla?

Es el último tramo de la cadena logística. Por ejemplo, aquel entre el centro de distribución en las afueras de la ciudad hasta las bodegas de un cliente en el casco urbano. La duda es, ¿cómo optimizar las rutas en esta zona?

Un estudio de McKinsey & Company muestra que el estado de la entrega de paquetes a nivel mundial tiene un dinamismo nunca visto. Las tasas de crecimiento en países como India, por ejemplo, crecieron en casi un 300% en 2016, impulsados por el eCommerce y el mayor flujo de comercio B2C, señala el portal inglés Business of Fashion. Esto trae desafíos.

En Chile, el reporte “Comportamiento del Comercio Electrónico” presentado en 2016 por el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) muestra que:

  • Un 36,8% de los reclamos de clientes de comercio electrónico corresponden al incumplimiento en las condiciones contratadas con el proveedor, como la entrega de un producto distinto al adquirido, el no envío de productos por falta de stock o cambios arbitrarios en las fechas de despacho.
  • Un 27,3% de los consumidores reclamó por el retardo en la entrega.
  • Aunque los clientes siguen prefiriendo la elección más económica a la hora de configurar entregas, buscan que el día y los horarios pactados se respeten.

Si bien la última milla es el tramo que implica menos distancia en todo el proceso logístico, tiende a ser el más costoso y desafiante de la cadena. Agrega que lo básico es cumplir la promesa que la empresa ha realizado al cliente final: entregar en menos tiempo y ofrecer más opciones de despacho de manera más económica.

La industria logística debe enfrentar diversas problemáticas:

  • Las complejidades del transporte urbano, como tráfico.
  • La escasez de zonas de carga y descarga o accesos.
  • El tamaño y la frecuencia de los envíos.
  • Las cortas ventanas de tiempo para las entregas.
  • El alto consumo de combustible.
  • El fuerte control de ingreso a zonas determinadas en ciertos horarios, como el downtown.

Uno de los países que más desafíos ha tenido en este sector es Singapur. El Singapore Management University ha estudiado en detalle las dificultades que presenta la última milla. Ha concluido que ese último tramo no solo es el menos eficiente, sino que concentra hasta un 28% del costo total en logística. Sólo en ese país, el tránsito de la carga urbana desde los centros de distribución hasta los centros comerciales, oficinas y hogares concentra un 75% del costo total en logística.

Las empresas de logística deben distribuir los envíos en última milla en múltiples rutas y vehículos con bajos volúmenes de carga. Por este motivo, la distribución se encarece al no poder contar con economías de escala tanto en la flota de transporte como en los centros de distribución.

El futuro en la ultima milla

¿Qué se avecina en el futuro?

Las perspectivas son promisorias. Entre las opciones que se vislumbran están:

  • La automatización de los sistemas de navegación, lo que optimiza las rutas con vehículos capaces de reaccionar en tiempo real a las condiciones del tráfico.
  • Reordenar los repartos de acuerdo con las necesidades o disponibilidad de los destinatarios.

Logistec apunta a opciones mixtas, donde los vehículos funcionen con navegación automática y que cuenten con operarios que puedan hacer operaciones administrativas durante el trayecto, como escaneo, trazabilidad y gestión de las entregas.

Colaborando para mejorar el servicio

En regiones donde no siempre se utiliza el código postal, se hace difícil referenciar geográficamente una dirección. Para esto se proyectan soluciones móviles; en Singapur ya se experimenta con sistemas colaborativos para que los distintos actores de la cadena logística trabajen en conjunto para mejorar las operaciones de última milla, que optimiza las rutas a través del crowdsourcing .

Esto es realidad en Medio Oriente. Business of Fashion adelanta el trabajo de empresas en países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin, que permiten que los comerciantes entreguen directamente a la ubicación en la que se encuentra el teléfono celular del cliente, a través de las coordenadas de GPS, eliminando la necesidad de referenciar el código postal o la dirección.

Al mismo tiempo, los centros de consolidación urbano son otra solución a los problemas que aquejan a la industria. Se trata de una instalación que condensa los flujos de carga en las afueras de la ciudad con el fin de agrupar las actividades del transporte y reducir el volumen de entregas dentro de la urbe.

Raanan Cohen, fundador de Bringg, compañía que provee de apoyo logístico a empresas de distribución, señala a Business of Fashion que el principal desafío es que la matriz de la “última milla” es cada vez más compleja con los distintos canales de distribución. Para tener éxito, deberán orquestarla de manera estratégica, optimizando todos sus canales dependiendo de la ubicación, niveles de servicio y precios, entre otros.

¿Qué opinas al respecto?

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